A vueltas con el frío

Leo en la prensa la queja de los trabajadores públicos sobre las medidas de las temperaturas máximas de 19C que se pueden poner en la calefacción. Comentando con mi familia que en la oficina nos estábamos congelando y que ni con abrigo y guantes, se aguantaba y que al final me había puesto enfermo, me recordaron que ellos, siendo educadores, en la escuela rural, han pasado bastante frío ya en el pasado.

Está claro que nunca llueve a gusto de todos y hay muchas diferencias entre los puestos de trabajo. El café para todos no funciona. En el metro o un autobús 19C incluso puede ser mucho porque hay mucha gente y la gente entra con abrigo (muchas veces en el metro tengo que quitarme el abrigo incluso en estos días de invierno).

Pero esto se trata de ahorrar combustible, no de congelarnos. En realidad lo que tenía que haber hecho el gobierno, cuya idea de ahorrar energía es buena, es marcar un porcentaje de ahorro, no unas limitaciones uniformes sin tener en cuenta las particularidades. Y si en un sitio se nutren de placas solares para su calefacción? Que sentido tiene esa limitación

En mi empresa los días que hizo más frío a finales de Noviembre teníamos que trabajar con abrigo y con guantes – imagínate teclear con unos guantes. A Dios gracias que las lluvias han atemperado el ambiente pero hoy que no ha llovido, hace más frío.

La exigencia de los sindicatos me parece coherente. Durante la pandemia se ahorró energía al teletrabajar todo lo que se pudo. En mi empresa p.ej. nadie se quedaba a comer y sólo se obligaba a 5 horas presenciales y el resto en casa teletrabajando. El trabajo salió adelante como en muchas administraciones. En las que no, probablemente fue por una carga de trabajo no esperada (como en el SEPE por los ERTE).

Un lunes después de estar todo el fin de semana la calefacción apagada cualquier sitio está más frío, por tanto es lógico que se comience antes a calentar el edificio. La verdad es que la administración debería ser la primera que usara esas ayudas que se están dando a mejorar la eficiencia energética de los edificios. Eso si es ahorrar no hoy, mañana (como diría el gran Mota).

Si obligas a cerrar la oficina 2 o 3 días e incluso restringes las horas presenciales en el día, puedes ahorrarte bastante combustible (recuerdo que la administración desde el 2021 tiene un decreto en el que se habla de 3 días de teletrabajo o más).

A mi no me importa ponerme un polar o un abrigo (es lo que estoy haciendo) pero teclear con guantes y tener los pies y manos heladas no me parecen formas de trabajar en una oficina habiendo opciones. De hecho si uno pide material extra para el puesto, sólo hay opción de material térmico si tu trabajo está fuera de la oficina (para los que hablan de trabajo físico, también hay personas en la empresa que trabajan en la intemperie y tienen material ´térmico que paga la empresa). Sólo pedimos lo mismo.

Además, ya particularizando, muchas personas, como yo, por motivos de salud que no vienen al caso, tenemos mucha sensibilidad al frío. Yo de hecho cuando llegó el frío en Noviembre me puse enfermo después de pasar todo el día en la oficina congelado con el polar puesto, guantes y el abrigo en forma de manta. Al final varias jornadas de trabajo perdidas por un trabajador de baja que se podría haber evitado.

La cuestión de fondo es que no se está racionalizando el gasto y no se está mejorando la eficiencia energética, que como digo, no sólo ahorra hoy, sino mañana.

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