Hoy según me acercaba en coche a Madrid oigo estupefacto en la radio la noticia de que a una niña que profesa la religión musulmana se le ha prohibido entrar en el colegio por ir vestida con un velo. Además oigo como la señora Aguirre, argumenta que no puede hacer nada porque son las normas del colegio, y además apostilla que ella apoya que se haga así. Genial.
Digo estupefacto porque la deriva xenofoba de Europa me asusta. No se equivoquen, yo pienso que la religión debería pertenecer al ámbito personal y como tal, cada uno que la practique en su casa, iglesia, sinagoga o mezquita. Pero no nos engañemos, la religión forma parte de la vida de la mayoría de la gente (incluso en la vieja laicista Europa). Mientras no quitemos los crucifijos de las escuelas, me resulta díficil no ver un cierto tufillo xenofobo a este tipo de acciones. O jugamos todos con las mismas cartas, o se rompe la baraja. Sino estamos transgrediendo muchos derechos. Que me vengan a la cabeza, así por citar algunos: libertad de culto, derecho a la propia imagen, libertad de expresión. La lista puede ser inacabable.
En los EEUU están en el otro extremo: una hiperreligiosidad que hace que cualquier americano te mire estupefacto si dices que no crees en Dios (el que sea, pero hay que creer en alguno). Pero aún así cada uno va por la calle y por la escuela como quiere, la libertad de expresión prevalece sobre todas las cosas. Evidentemente, mientras no se agreda a nadie.
No se, yo creo en una Europa laica, pero mientras no prediquemos con el ejemplo, creo que hay que evitar la tentación de ciertas prohibiciones ya que podemos caer en muchísimas contradicciones. Más en un país, en el que ahora nos creemos muy «modernos» y hace nada nuestras abuelas y madres iban con pañuelos, con faldas largas y pidiendo al marido permiso para sacar dinero del banco. No creo que estemos para dar lecciones a nadie. Cada cultura y cada país tiene que evolucionar a su manera y no obligado.
No sé, me asusta la deriva fascistoide que tiene este continente y lo rápido que estamos olvidando nuestro pasado cultural. Ya sabemos que los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla. En los 40 fueron los judíos, hoy pueden ser los musulmanes.
Ole 🙂